viernes, febrero 16, 2007

Crítica: Viaje del Parnaso

Le damos un 7,5

Que una complicada obra en verso, cuidada con esmero, lleve 2 años recorriendo España es una proeza de la que pocos se pueden vanagloriar.

La Compañía Nacional de Teatro Clásico da carpetazo definitivo aunque de lujo –en su sede principal- a la obra que se estrenó en el Festival de Almagro de 2005. La última etapa que cubre esta atípica nave supone también la satisfacción general y merecida de todos los que han hecho posible la puesta en escena de un viaje protagonizado por la belleza plástica y una legión de soldados de la palabra.
Desde luego no sería la única pero Eduardo Vasco acertó al desarrollar la dramaturgia del único poema dramático de Miguel de Cervantes confiando en actores muy duchos en la manipulación de títeres. Teatro sin callejones oscuros, con todos los mecanismos a la vista, el montaje se sustenta en la dicción, apuntalada por medio de versos imposibles y perfectamente recitados.

El verbo se realza con el empleo de artilugios artesanales y soluciones escénicas como las sombras chinescas y los móviles de cartón. La música en directo no sirve sólo como acompañamiento y ambientación, sino que nos aferra al relato con una ligazón más resistente a los embates de la tormenta.

Seguro que no levantaré ampollas al afirmar que no hay nada peor que asistir a una representación rodeado de grupos escolares. En este caso lo agradecí ya que pude comprobar su reacción: a pesar de lo abigarrado del texto y del extenso catálogo de escritores al que se refiere el Cervantes-narrador, los chavales aguantaron –sin mucho esfuerzo, la verdad- la hora y media que dura el montaje.

Narrado de manera vigorosa a pesar de algún parón reiterativo, la epopeya en la que se embarca el padre de El Quijote recorre los terrenos de la mitología, la poesía e incluso la crítica literaria, que el autor práctica afilando la pluma contra los poetastros de poca monta. Vuelva al pasado, al Barroco, pero apresúrese ya que el 11 de febrero llegará a puerto Viaje del Parnaso y quedará sólo en nuestra memoria, de la misma forma que los "malos escritores" no volverán a salir del cajón del olvido.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

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