domingo, julio 15, 2007

Crítica: Vigilio y Languis

Le damos un 6,5

Afrontar un estreno siempre es motivo de respeto. Si además el espectador se siente identificado con alguno de los personajes, a pesar de su halo trágico, y se divierte, el trabajo está casi hecho.

Luego es verdad que hay montajes más pulidos, mejor cerrados... Pero en general, la tragedia de la chica que se duerme, cumple su función principal, al menos para el público, que es la de contribuir a que pase una hora entretenido, olvidándote del mundo más real.

Y aunque se escuchara más de un comentario tras la representación apuntando a que no se le pueden pedir peras a un olmo, también hay quien piensa lo contrario, y no es que vayamos a realizar experimentos genéticos pero sí exigir más a los jóvenes que están detrás de esta comedia de verano –por etiquetar- ya que, además, van por muy buen camino.

El humor fluye en el ambiente, de manera sutil, por momentos más acuciado... Los responsables de este montaje han sabido exprimir la tragedia en su formato más clásico (en todos los sentidos) y nos la sirven para que la bebamos de un sorbo, sin tiempo para que el jugo teatral se nos caliente en el vaso. En menos de una hora conocemos la historia de amor de dos personajes condenados a vivir en realidades paralelas o mejor dicho, en la misma, aunque con horarios cambiados.
Poco más se necesita para anclar en nuestro subconsciente esta fantasía, más allá de un texto correcto y una escenografía bastante sencilla y, eso sí, sugerente. Quizás se diluya algo el mensaje trascendental acerca del paso del tiempo, la vida, la muerte, la vías paralelas incapaces de que se crucen en un futuro... Pero da igual, estamos en verano y la mente necesita de divertimentos como éste.

Texto escrito por Daniel Galindo y publicado en LaNetro.com.

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